Reto y entrega 1: ¿Existe algún plan de localización de ODS en tu Administración?

 

Reto y entrega 1: ¿Existe algún plan de localización de ODS en tu Administración?


Conociendo... los desafíos, beneficios y oportunidades del teletrabajo en el SEPE

Entrevista a Elena Tordesillas y Guillermo Díaz, de la SGRO, ganadores de un accésit de los Premios 2020 del Centro de Estudios Financieros (CEF), modalidad Recursos Humanos, por el estudio: "El  teletrabajo en la AGE, desafíos, beneficios y oportunidades."


"La flexibilidad horaria que permite el teletrabajo tiene un impacto positivo en la productividad del personal, ya que permite una mejor gestión y optimización del tiempo."


 Elena Tordesillas ingresó en el SEPE el 19 de marzo de 2018 y desde el 28 de mayo de 2019 es la Jefa del Servicio de Retribuciones. Por su parte, Guillermo Díaz trabaja en el organismo desde abril de 2017, actualmente en el Servicio de Gestión de Recursos Humanos.  Como expertos en el teletrabajo, nos explican todos sus beneficios y otros aspectos clave.  

1.-La regulación del teletrabajo era un compromiso de legislatura, cuya ejecución se ha tenido que adelantar por la situación originada por la pandemia del COVID-19, y ya es una realidad en la AGE al haberse acordado su inclusión a través del artículo 47 bis en el texto refundido de la Ley del Estatuto Básico del Empleado Público (TREBEP).

¿Cuáles creéis que son sus principales beneficios?

En primer lugar, tras valorar cómo influye la actividad profesional en la vida de las personas trabajadoras, nos hemos encontrado con que la posibilidad de poder llevar a cabo el trabajo desde el domicilio, siempre y cuando esto sea posible, presenta diferentes beneficios tales como:

En el ámbito de la conciliación familiar, se puede presentar como un impulso de la igualdad entre hombres y mujeres, ya que podría implicar un verdadero desarrollo en la corresponsabilidad. Asimismo, la flexibilidad horaria también tiene un impacto positivo en la productividad del personal, ya que permite una mejor gestión y optimización del tiempo.

En lo referente al Medio Ambiente y desarrollo sostenible, también genera un impacto positivo por evitar desplazamientos, que a su vez reducen la contaminación atmosférica. Del mismo modo, esto también se refleja en el ahorro de los hogares, y no sólo a nivel económico sino también temporal.

En relación a la preocupante situación de la España vaciada, el teletrabajo puede presentarse como una alternativa a la despoblación rural, ya que las grandes ciudades absorben a funcionarios que no ven la posibilidad de residir en sus lugares de origen. Por ello, la deslocalización de la actividad laboral podría suponer la permanencia de muchos jóvenes en pueblos pequeños a los que pertenecen, fomentándose así la economía de los entornos rurales.

2.-En el Estatuto se establecerá que la prestación de servicio a distancia mediante la modalidad de teletrabajo no será considerada como ordinaria ni puede ser absoluta y que será en cada ámbito donde se determine el porcentaje de la prestación de servicios que puede desarrollarse por esta nueva modalidad, de tal manera que se combine el trabajo presencial y el teletrabajo en el régimen que se establezca.

En el SEPE se ha establecido con carácter general que es necesario trabajar presencialmente un día por semana en aquellos puestos que lo posibiliten las necesidades del servicio, pero ¿estamos preparados digital y psicológicamente?

Por una parte, en relación a la esfera digital, hemos podido apreciar dos realidades:

La relativa a la infraestructura, que requiere algunas mejoras para poder situar a la Administración Pública a la altura de la empresa privada.

La relativa a la formación de los empleados públicos para poder llevar a cabo su actividad fuera del centro de trabajo. Teniendo en cuenta que más del 60% del personal al servicio de la AGE supera los 50 años, existe un riesgo de aumentar la brecha digital si dicho personal no cuenta con las competencias suficientes como para poder afrontar este desafío.

Por otra parte, en lo relativo al ámbito psicológico, es una cuestión que aún está por ver. Creemos que, como dijo Aristóteles, las personas somos “seres sociales por naturaleza”. Lo cierto es que un modelo en el que el 100% de las jornadas se desarrollen en modalidad de teletrabajo, puede repercutir en la forma de relacionarnos con los demás, ya que se potenciaría más el individualismo y el contacto sería más impersonal. Por ello, como creemos que la AGE basa su buen funcionamiento, en términos generales, en un trabajo en equipo, somos defensores de una “semipresencialidad”, donde se combine el teletrabajo y el trabajo presencial, teniendo en cuenta la actividad desarrollada, la situación personal de cada empleado y, por supuesto, las necesidades del servicio donde lleve a cabo sus funciones.

3.-¿Creéis que la resistencia al cambio y una mentalidad excesivamente presencialista de algunos responsables de equipo pueden obstaculizar el derecho de algunos empleados a combinar la modalidad presencial y de teletrabajo?

Posiblemente sí que existan estos comportamientos y puede ser hasta normal en cierto punto. El teletrabajo supone un cambio muy grande en muy poco tiempo para nuestra Administración y tenemos que ser conscientes de que cambios de tal magnitud al principio siempre levantan suspicacias y desconfianza, de ahí que toda modalidad de teletrabajo deba combinarse con el trabajo presencial, al menos en su comienzo, para hacer más “digerible” este cambio.

En este punto, en nuestra opinión, es un acierto el carácter gradual que desprende la última regulación que ha llevado a cabo Función Pública al proponer un día de teletrabajo y 4 de trabajo presencial a los grupos que no son de riesgo, aunque tampoco estaría mal situar el punto de partida en 2 días de teletrabajo y 3 presenciales.

En definitiva, la solución a estos comportamientos pasa por desterrar clichés (como el que decía que el teletrabajo nos hace menos productivos) a través de un esfuerzo de concienciación sobre los múltiples beneficios que conlleva este.

4-Se establece expresamente que, en todo caso, el teletrabajo deberá contribuir a una mejor organización del trabajo a través de la identificación de objetivos y la evaluación de su cumplimiento. Al tratarse de la regulación de una modalidad de trabajo y flexibilización de la organización de carácter estructural para las administraciones públicas, ha de servir para la mejor consecución de los objetivos en su servicio a los intereses generales.

¿Se está evaluando el cumplimiento de los indicadores de gestión de los servicios tras la implantación del teletrabajo en el SEPE? ¿Se ha constatado que mantenemos el mismo grado de cumplimiento o se ha mejorado?

La verdad, desconocemos si por parte de las distintas Subdirecciones Generales y Direcciones Provinciales se está midiendo la incidencia del teletrabajo en el cumplimiento de objetivos.  No obstante, creemos que hasta que no pase la situación de excepción que vivimos y el teletrabajo sea algo más en nuestro día a día, los análisis de este tipo no podrán ofrecer resultados reales, pues es muy posible que otros factores, tales como la gran responsabilidad que han demostrado nuestros compañeros y compañeras en el cumplimiento de su deber en una situación límite y que han llevado a trabajar en horarios muy superiores al habitual, influyan en estas mediciones, otorgando al teletrabajo un papel explicativo que no tiene por qué ser tal. Es decir, parece que existen evidencias de que el teletrabajo puede incrementar la productividad, pero es recomendable aislar este factor en una situación normal para evitar correlaciones espurias. 


5.-¿Cuáles creéis que son los principales desafíos del teletrabajo en el SEPE?

Pese a sus particularidades, el SEPE no tiene por qué ser diferente del resto de la Administración en la mayor parte de los desafíos que debe afrontar, salvo en el tema de la atención directa al público. A nuestro modo de ver existen fundamentalmente 3 desafíos generales: el desafío que supone el cumplimiento de las medidas de seguridad y salud en el puesto de teletrabajo; el que supone el control del mismo y el derecho a la desconexión digital y por último, el relacionado con la brecha digital.

En cuanto al primero, existe un debate sobre cómo se garantiza el cumplimiento de las medidas de seguridad y salud del trabajador o trabajadora que teletrabaja. ¿Debe ser el servicio de prevención el que vaya a cada lugar de teletrabajo? ¿Debe recaer, por el contrario, toda la responsabilidad en el trabajador, a través de un sistema de cumplimentación de formularios de cumplimiento? ¿Se debe avanzar hacia un modelo mixto de responsabilidad en la que los trabajadores se hagan responsables de cumplir las indicaciones de los servicios de prevención y se establezca un sistema de inspecciones periódicas? Evidentemente, cada una de las opciones tiene sus pros y sus contras, pero habrá que optar por una de ellas y ver si es satisfactoria cuando haya pasado un tiempo.

En cuanto al segundo, que en nuestra opinión es el más importante, se debe optar, en lo que se refiere a control horario, bien por fórmulas de fichaje en ordenador, como el que ya existe en las Oficinas de Prestaciones del SEPE o bien por continuar por el camino de no controlar horario el día o los días que se teletrabaja, pero, eso sí, reforzando el seguimiento de cumplimiento de objetivos de cada trabajador, de tal forma que pasemos de un modelo en el que realizar tu trabajo y hacerlo bien es mucho más importante cumplir X horas semanales.

En lo que se refiere a la desconexión digital, ya tenemos un instrumento jurídico (el artículo 14. J. bis del TREBEP) que la establece como derecho de los empleados y empleadas públicas, pero es fundamental avanzar en un régimen sancionador para aquellos que no respeten este derecho. En nuestra opinión, debe tipificarse expresamente como falta esta conducta. Las Inspecciones de Servicios también deben tener aquí un papel fundamental, poniendo en marcha protocolos para detectar estas infracciones.

Por último, no se nos debe olvidar que la edad media de la plantilla tanto de la Administración como del SEPE, implica que gran parte del equipo que formamos no está compuesto por nativos digitales, por lo que es fundamental fortalecer este tipo de competencias, aún más si cabe, en aquellas personas que deseen teletrabajar. Aunque el trabajo presencial se realiza en dispositivos electrónicos, no es lo mismo estar en la oficina, donde siempre va a haber un compañero o compañera más diestro que nos ayude en caso de problemas informáticos, que solos ante el peligro en nuestro domicilio o en el lugar que elijamos para trabajar a distancia.

Por tanto, con tal de evitar excluir a un empleado o empleada pública del teletrabajo por su menor competencia digital, esta medida debería ir siempre de la mano con una oferta de formación para su desarrollo adecuado.

Más allá de estos desafíos generales, el gran reto del SEPE en esta materia se encuentra en la nueva organización que requiere la atención directa al público. La pandemia nos ha permitido ver que la atención telefónica y online pueden sustituir un gran número de trámites que se realizaban presencialmente antes de marzo. Un buen punto de partida, además de nuestra propia experiencia, es el de otros organismos como la Tesorería General de la Seguridad Social, donde su aplicativo “CASIA” y el sistema de “cita concertada” están reduciendo hoy una asistencia que en algunas oficinas estaba en las 400 personas diarias, a unas ratios que ni llegan al 10% de esa cifra. Si somos capaces de ir a modelos como estos, será perfectamente posible que el teletrabajo llegue a todas nuestras unidades.

 6.- ¿Y las principales oportunidades de futuro?

Por último, creemos que la oportunidad más destacable en relación al teletrabajo es la capacidad de organización del propio trabajador del tiempo del que dispone, lo que optimizaría su forma de trabajar y, en general, de aprovechar aquello que no tiene que ver con su actividad laboral pero que influye en ella. Asimismo, y teniendo en cuenta que nos encontramos con una sociedad cada vez más digitalizada, supone un avance muy importante en lo relativo a la modernización de la Administración Pública, ya que ésta debe adaptarse con la mayor diligencia a los cambios, para poder ofrecer así un servicio al ciudadano más actualizado, eficiente y global.



http://intraprod.sepe.es/intranet/SGRO/comunicacion/Difundiendo-SEPE/Revista-octubre-2020/Entrevista-Guillermo-y-Elena.html

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